La OEA y su Secretario General no solo fracasaron en solucionar el problema hondureño, sino que lo profundizaron, terminando por cristalizar una situación coyuntural, en otra estructural: El gobierno de facto, decidió transformarse en un gobierno de hecho y derecho. Mientras tanto, la OEA, pero sobre todo la gestión de Insulza, ven parte importante de su legitimidad y capacidad de gestión de crisis regionales reducida a cero. La OEA observa impotente su fracaso. Su Secretario General no asumió su rol con "una postura de Estado", sino que más bien ensalzada en una "visión ideologizada", propia del período de Guerra Fría, cuando el mundo ha cambiado, pero sobre todo el hemisferio occidental.
Hoy, luego que la OEA adoptó una postura alejada de todo realismo político, pero sobre todo de toda sensibilidad política, es desplazada por los EE.UU. Una vez más, se deja que la potencia del norte asuma y desempeñe un papel de liderazgo en la resolución de conflictos a nivel regional. Sin buscarlo, los EE.UU., y la nueva administración de Obama, deben desempeñar un rol que claramente no buscaban pero que ante el errado manejo de la OEA aparecen asumiéndolo como una obligación en pos de la estabilidad centroamericana.
La política de los ultimátum, del aislamiento y de la incomunicación con los dirigentes de facto del país centroamericano no rindieron sus frutos, todo lo contrario, sirvieron para que el gobierno de Micheletti endureciera su postura frente a lo que ellos consideran una intervención ilegitima de este organismo y de Insulza: ellos considerán que evitaron el surgimiento de una nueva "democracia totalitaria" en latinoamerica.
La OEA y su máximo dirigente fue incapaz de dejar de lado las imágenes "golpistas" y asumir la verdadera problemática política interna hondureña. Ad portas de una posible y ansiada reelección, intentó aparecer como el paladín de defensa y promoción la democracia hemisférica, cuando en realidad con su retórica y gestos, no hizo más que convertirse en un mero espectador. Que peor ejemplo que presenciar su "bajada" del avión que debía llevar a Zelaya de regreso a Honduras.
Lo interesante aquí es que la OEA y su liderazgo allanaron, ellos mismos, el camino para legitimar el surgimiento de una tercera vía, de un tercer actor, no asumiendo el papel para el cual ha sido creada. No solo, este organismo hemisférico, no fue capaz de anticiparse al conflicto en Honduras, sino que peor aún, con su política intransigente y carente de todo real politik, no es parte tampoco de la solución.
De esta manera, los EE.UU. aparecen tendiendo una mano de ayuda a este organismo regional, salvándolos literalmente de generar una situación en la que se presencie el surgimiento, en el medio de Centro América, de un Estado-paria. Insulza olvida que para los EE.UU., Honduras, desempeña un papel clave: vecino de Nicaragua y de El Salvador, dos países que están cayendo en la órbita chavista. La visión geopolítica, incluso en el gobierno de Obama, siempre está presente.
Hoy, el mediador de la Crisis no es la OEA, sino que Costa Rica. No es José Miguel Insulza, sino que el presidente de dicho país, Oscar Arias. Un fracaso con todas sus letras. No es Albert Randim, el secretario general adjunto de Insulza el que está apoyando el accionar oficioso en la crisis, sino que Bill Clinton. Ante el cerco de la OEA contra Honduras, diferentes delegaciones hondureñas, de todos los espectros están estableciendo canales de dialogo con Washington: Zelaya no vuelve a la presidencia, el Congreso hondureño amnistía a Zelaya y las elecciones se adelantan. La OEA fracasó.
...mientras tanto, en alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, continúa con su huelga de hambre por lo que él considera que Hugo Chávez, “usa la democracia para destruir la democracia". Aún espera que el Secretario General se pronuncie. Hasta ahora nada. Al menos, parecer tener asegurados los votos de Venezuela.
Hoy, luego que la OEA adoptó una postura alejada de todo realismo político, pero sobre todo de toda sensibilidad política, es desplazada por los EE.UU. Una vez más, se deja que la potencia del norte asuma y desempeñe un papel de liderazgo en la resolución de conflictos a nivel regional. Sin buscarlo, los EE.UU., y la nueva administración de Obama, deben desempeñar un rol que claramente no buscaban pero que ante el errado manejo de la OEA aparecen asumiéndolo como una obligación en pos de la estabilidad centroamericana.
La política de los ultimátum, del aislamiento y de la incomunicación con los dirigentes de facto del país centroamericano no rindieron sus frutos, todo lo contrario, sirvieron para que el gobierno de Micheletti endureciera su postura frente a lo que ellos consideran una intervención ilegitima de este organismo y de Insulza: ellos considerán que evitaron el surgimiento de una nueva "democracia totalitaria" en latinoamerica.
La OEA y su máximo dirigente fue incapaz de dejar de lado las imágenes "golpistas" y asumir la verdadera problemática política interna hondureña. Ad portas de una posible y ansiada reelección, intentó aparecer como el paladín de defensa y promoción la democracia hemisférica, cuando en realidad con su retórica y gestos, no hizo más que convertirse en un mero espectador. Que peor ejemplo que presenciar su "bajada" del avión que debía llevar a Zelaya de regreso a Honduras.
Lo interesante aquí es que la OEA y su liderazgo allanaron, ellos mismos, el camino para legitimar el surgimiento de una tercera vía, de un tercer actor, no asumiendo el papel para el cual ha sido creada. No solo, este organismo hemisférico, no fue capaz de anticiparse al conflicto en Honduras, sino que peor aún, con su política intransigente y carente de todo real politik, no es parte tampoco de la solución.
De esta manera, los EE.UU. aparecen tendiendo una mano de ayuda a este organismo regional, salvándolos literalmente de generar una situación en la que se presencie el surgimiento, en el medio de Centro América, de un Estado-paria. Insulza olvida que para los EE.UU., Honduras, desempeña un papel clave: vecino de Nicaragua y de El Salvador, dos países que están cayendo en la órbita chavista. La visión geopolítica, incluso en el gobierno de Obama, siempre está presente.
Hoy, el mediador de la Crisis no es la OEA, sino que Costa Rica. No es José Miguel Insulza, sino que el presidente de dicho país, Oscar Arias. Un fracaso con todas sus letras. No es Albert Randim, el secretario general adjunto de Insulza el que está apoyando el accionar oficioso en la crisis, sino que Bill Clinton. Ante el cerco de la OEA contra Honduras, diferentes delegaciones hondureñas, de todos los espectros están estableciendo canales de dialogo con Washington: Zelaya no vuelve a la presidencia, el Congreso hondureño amnistía a Zelaya y las elecciones se adelantan. La OEA fracasó.
...mientras tanto, en alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, continúa con su huelga de hambre por lo que él considera que Hugo Chávez, “usa la democracia para destruir la democracia". Aún espera que el Secretario General se pronuncie. Hasta ahora nada. Al menos, parecer tener asegurados los votos de Venezuela.
*Cristian Leyton Salas es Doctor © en Estudios Americanos. Investigador Titular en el área de los Estudios Políticos, de Seguridad y Defensa del Observatorio Regional de Paz y Seguridad (ORPAS), de la Universidad Bernardo O´Higgins y académico del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Central. Se desempeñó como Analista Internacional del Departamento de Estudios y Análisis en el área vecinal y regional del Centro de Estudios e Investigaciones Militares (CESIM) del Ejército de Chile.
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