Johan Steven Martínez, un niño colombiano de doce años clamó a las FARC para que no suspendan las liberaciones y pueda conocer a su padre, rehén de esa guerrilla desde cuando su madre lo esperaba en su vientre.
"Pido a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que no paren las entregas. Quiero conocer a mi papá", dijo Johan Steven a periodistas.
El niño es hijo del suboficial del Ejército José Libio Martínez, quien fue secuestrado en diciembre de 1997 junto al sargento Pablo Emilio Moncayo, los dos rehenes que más tiempo han estado en poder de la guerrilla con más de doce años de cautiverio. Ambos fueron tomados cautivos en el cerro de Patascoy, en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador. La petición de Johan Steven se produce días después de que la senadora colombiana pro chavista Piedad Córdoba, mediadora ante las FARC para el regreso de secuestrados a sus hogares, anunciara que esa guerrilla no iba a ofrecer más liberaciones unilaterales. Asimismo, la súplica del pequeño, un niño vivaz y con gafas que nunca conoció a su padre, porque éste fue secuestrado cuando su madre estaba embarazada, coincidió con la esperada puesta en libertad de Moncayo. El 21 de diciembre de 1997 más de un centenar de guerrilleros de las FARC atacaron la base de comunicaciones militares que custodiaban, en una acción en la que murieron 22 compañeros de Moncayo y de Martínez. Además secuestraron a 18, pero dieciséis de ellos fueron liberados días después. En ese momento Claudia la novia del joven Jose Libio tenía seis meses de embarazo. Para los colombianos el rostro de Johan Steven es familiar, pues en otra ocasión, y en una acción en la que quiso emular al profesor Gustavo Moncayo, el padre del compañero del suboficial Martínez, emprendió una marcha de unos cien kilómetros entre Ospina, su pueblo, y Pasto, capital del departamento de Nariño.
En 2007 el cantautor Juanes lo invitó a uno de sus conciertos en Bogotá y se solidarizó con su causa: la liberación de su padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario