Empresa que ganó licitación de la fuerza aérea peruana (FAP) fue reemplazada por otro competidor.
Compañía búlgara finalmente seleccionada, entregó el armamento ocho meses después de la firma del contrato, en cuya cláusula se indica que dicho plazo era de 60 días, razón por la cual se había adjudicado el contrato
S-8KO rocket
Es lo que ha sucedido con la compra de cohetes S-5 y S-8 para los helicópteros Mi-8 y Mi-17 de la Fuerza Aérea, que participan en las operaciones contrasubversivas en el Vrae (Valle de los ríos Apurimac y Ene).
El 19 de octubre del 2009, la FAP adjudicó la provisión de 1,050 cohetes no guiados S-5 al consorcio compuesto por Delta Special Engineering, con sede en Suiza, y VMZ, de Bulgaria, por US$ 976 mil 500. El plazo de entrega se fijó en 60 días. Por el vendedor suscribió el acuerdo comercial el búlgaro Peter Petrov.
El 17 de diciembre del mismo año, dos días antes del vencimiento de la fecha, las partes suscribieron un anexo al contrato que lo modificó en los siguientes términos: aumentó el número de cohetes a 1,240 cohetes S-5 por US$ 1 millón 153 mil y se amplió el plazo a dos meses más. Por la parte búlgara estampó su firma Peter Petrov, nuevamente.
El 19 de febrero debieron llegar los cohetes al Perú, pero no fue así. El 23 de marzo del 2010, la FAP firmó un nuevo anexo modificatorio del contrato original y se volvió a dar una prórroga de 60 días para el suministro del armamento, que se cumplía en mayo de este año. Sin embargo, se produjo otro cambio importante: la suiza Delta Especial Engineering desapareció y la reemplazó la búlgara EMCO, una compañía que no participó en la licitación. Además, Peter Petrov fue cambiado por su compatriota Iván Stoenchev.
Los cohetes no llegaron en la fecha establecida, pero eso no fue obstáculo para que el 9 de junio la FAP aprobara la adquisición de otros 4,502 cohetes S-5 y 1,000 cohetes S-8 por US$ 8.1 millones a la empresa búlgara EMCO, socia de VMZ en el primer contrato.
S-5 cargándose en helos MI-8 de la FAP
Recién el 30 de junio, más de ocho meses después de la firma del contrato original, llegó a Lima el primer lote de cohetes S-5 búlgaros para abastecer a los helicópteros de la FAP que participan en los combates contra Sendero Luminoso.
Fuentes de la FAP consultadas afirmaron que no se vulneraron los plazos, ya que estos se inician en el momento en que el proveedor entrega toda la documentación requerida, en especial la licencia de exportación y el certificado de último destino emitido por la Fuerza Aérea. Pero lo cierto es que los búlgaros lo hicieron mucho después de los 30 días que establece la cláusula 8.1 del contrato.
De acuerdo con la versión de la FAP recogidas por medios escritos locales, los búlgaros no fueron responsables de las prórrogas porque la institución aumentó paulatinamente el número de cohetes que requería, lo que a su vez exigía al proveedor presentar nueva documentación, prolongándose los plazos de entrega.
Las fuentes de la institución aérea también reconocieron que el contrato original fue suscrito por el consorcio Delta Special Engineering y VMZ, y que luego la primera fue sustituida por EMCO. Dijeron que no había problema porque EMCO y VMZ son la misma compañía, lo que no es estrictamente cierto, como lo comprobó el periódico peruano La Republica en distintos directorios de proveedores de armamento de Europa.
Además, la FAP admitió que otra de las razones de la tardanza fue que recién pudo pagar un adelanto el 19 de junio. “Por lo tanto, no hubo incumplimiento de los plazos, se han respetado las normas”, señalaron. Pero entre lo dicho por la FAP y lo que indica el contrato hay una gran diferencia: los cohetes debieron ser entregados en un lapso de 30 días. Y no sucedió así.
Por la FAP suscribió el primer contrato, así como las dos modificaciones del mismo, el jefe de Comando de Material, teniente general FAP César Sebastiani Chávarry, quien pasó al retiro a su solicitud en enero de este año.
Fuentes del Ministerio de Defensa y de la Contraloría indicaron que es llamativo el cambio de proveedor de los cohetes en pleno proceso de ejecución del contrato, el aumento del numero de unidades solicitados y precisamente, por un alto oficial que luego, pide su baja retirándose de la institución
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