La denuncia recibida señala que el general César Milani Director de Inteligencia del Ejército de Argentina, habría ordenado la venta a precio artificialmente bajo una serie de inmuebles comprados con fondos reservados del Ejército.
Alexis Di Capo
Milani dispondría “a su total arbitrio” de tres empresas que antes fueron propiedad de Inteligencia de Ejército. Se trata de Orgafin S.A., Mejala S.A. y Plantautar S.A., constituidas respectivamente en el 65, el 88 y el 77. Recientemente, los administradores de estas sociedades habrían recibido instrucciones de vender cuanto antes las propiedades que estas empresas poseen. Obviamente, esta búsqueda de liquidez hablaría de una próxima retirada o de la necesidad de borrar huellas. La denuncia consigna que el inmueble de la calle Basualdo 438, ex sede de la Escuela de Agentes de Inteligencia Militar, con 3.000 metros cuadrados, habría sido vendido en U$S 300.000, cuando su valor es tres o cuatro veces superior.
Se señala también que los compradores “estarían vinculados familiarmente a Milani”. Luego el informe consigna que, en el caso de “Plantautar S.A., se habría decidido vender todo el paquete accionario de la empresa, en el que están incluidos los inmuebles. La operación rondaría los U$S 300.000 e incluiría dos inmuebles importantes: 1.000 metros cuadrados de oficinas y estacionamientos ubicados en calla Cucha Cucha N° 1200 y un piso de oficinas de 250 metros en calle Paraná entre calle Corrientes y calle Lavalle. Entre los posibles compradores aparece Alberto Majul, que esta vinculado a Milani y a su hermano, un importante dirigente Kirchenista de la ciudad de Córdoba.
En su parte final, el documento formula preguntas:
¿Cómo se hará para registrar estas ventas de bienes de empresas privadas a precio depreciado, sin perjudicar a los accionistas, que sólo son agentes de inteligencia que cumplen órdenes? Estas empresas no tienen vinculación alguna legal, formal ni administrativa con la Dirección de Inteligencia del Ejército: ¿cómo se registrará el ingreso de los fondos obtenidos al patrimonio estatal? De no ser así: ¿Cuál será el destino de esos fondos? ¿Cómo se resolvieron estos mismos aspectos en ventas anteriores, por ejemplo, la de un inmueble en Puerto Madero? ¿Cuál es el nivel de solvencia de los compradores para realizar estas operaciones?
Milani está considerado como el candidato más firme a ser el próximo Jefe de Estado Mayor. Resulta difícil pensar que esta extraña operatoria inmobiliaria no cuente con la luz verde del poder político, en un régimen que se caracteriza por controlarlo todo. Y más todavía si se trata de la caja.
El destape
En su edición de Mayo, el diario electrónico "Perfil " publica el reconocimiento oficial de la cartera de Defensa de uno de los hechos denunciados en las publicaciones anteriores. Se trata de una nota titulada “En el Ejército se compraban propiedades con fondos reservados y se las vendía en secreto”, firmado por Fernando Oz.
DE COMO UN ORGANISMO DE LA INTELIGENCIA ARGENTINA SE ENCONTRO CON QUE SUS INTALACIONES SE VENDIERON, SIN ENTERARSE.
La misma hace referencia al caso del inmueble donde funcionaba la Agrupación Apoyo Inteligencia, cuyo comprador sorprendió a los jefes de la unidad, que no sabían que la propiedad había sido vendida.
En realidad, en ese edificio funcionaba la Escuela de Inteligencia Militar para el personal civil de inteligencia. Cuando el comprador se presentó un día para tomar posesión física del inmueble, el jefe de la unidad, asombrado, llamó al único que podía darle una solución. Éste es un oficial en actividad que estuvo destinado en ese lugar hasta el 2006 y luego lo enviaron a Campo de Mayo. Ese día, entre aquél y el abogado de la empresa compradora, la Panamerican Building Company (ligada a Armando Cavalieri y al entonces Jefe de Inteligencia del Ejército, General Osvaldo Montero) acordaron que el desalojo y la entrega del inmueble se llevarían a cabo antes del 15 de febrero de 2008, a lo cual accedió el Ejército. Ante la sorpresa y atónita mirada de los oficiales, operativos y empleados de Inteligencia, se había producido la adjudicación, venta, inscripción y pago, por las instalaciones donde estaban destinados y ejercían sus labores. Nunca se les comunico previamente, mínimo para ser emplazados en nuevas destinaciones y/o instalaciones, dado el carácter de su trabajo.
El edificio fue valorizado por un broker inmobiliario en la suma de U$S 2.800.000 al año 2006. Un año después en el 2007 se vendió a solo US$300 mil dólares.
El oficial que estuvo a cargo de esa unidad de inteligencia está aún en actividad y retardó la venta lo máximo que sus medios le permitieron. Según fuentes militares, si llega a ser interrogado judicialmente sobre este tema, con seguridad contestará, ya que opina que la venta fue un fraude. Por ese motivo sigue escondido en su destino de Campo de Mayo.
La Operación Blanqueo
La nota de Perfil señala que “la cartera que dirige Garré no tiene la menor idea de todas las propiedades del Ejército. Y a raíz de este escándalo se ordenó rastrear y blanquear cada metro cuadrado que pertenezca a las Fuerzas Armadas”. De este contexto se deduciría que, después de cinco años como Ministra de Defensa- antes fue embajadora ante la República Bolivariana- Garré todavía no cuenta con un catastro creíble de las propiedades militares. Su permanencia en el cargo es posiblemente la más larga en la historia de los gobiernos democráticos. Le alcanzó para desguazar prolijamente a unas cuantas instituciones militares y montar un sistema de control político en el ministerio de inspiración soviética como en los peores épocas de la guerra fría y las tácticas represivas en la URSS. Sin embargo, no tuvo tiempo suficiente para enterarse de que bajo sus narices se vendían inmuebles de valor millonario a precio vil. Y todavía más extraña resulta tanta ignorancia por cuanto el general Milani tiene una estrecha relación con Garré y ya era el Subdirector de Inteligencia cuando el general Montero, luego "renunciado" voluntariamente, era el Director. Todo indica que Garré y Milani son un tándem que controla con mano de hierro la caja del Ejército y que, ante las denuncias periodísticas, se ven obligados ahora a blanquear una parte de las escandalosas operaciones, tratando de endosarle la responsabilidad al ex Jefe de Estado Mayor, Roberto Bendini, y a Montero.
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