Un vuelco espectacular dieron las investigaciones sobre el secuestro de Navío Común Gavilán, alcalde de Surcubamba (Tayacaja, Huancavelica), al confirmar fuentes militares de Huancayo que dicho alcalde se encuentra cautivo en poder del grupo armado narcoterrorista que opera en el VRAE y dirige el cabecilla narcoterrorista Víctor Quispe Palomino (a) “José”, en represalia por negarse a pagar extorsión y llamado por la narcoguerrilla “cupos de guerra”.
La fuente consultada señaló que los narcoterroristas pretenden escarmentar a por lo menos una treintena de alcaldes de igual número de distritos de las provincias de Junín, Ayacucho y Huancavelica que se encuentran ubicados en la jurisdicción del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), que obviamente se muestran renuentes a pagar los cupos, en caso contrario, advirtio la guerrilla, "correrían la misma suerte del retenido Común Gavilán".
De acuerdo con estas fuentes, el alcalde fue interceptado el pasado 28 de julio por una columna narcoterrorista del grupo que encabeza Orlando Borda Casafranca (a) “Alipio” en el tramo carretero de Acopalca en el anexo Uñas del distrito El Tambo, a 35 kilómetros de Huancayo, luego de asesinar de cuatro balazos a su guardaespaldas Raúl Balvín Pichardo (31), en circunstancias que este huía ya desarmado y a pie.
De esta manera, han quedado desestimadas una serie de versiones, en particular la última difundida por los enemigos políticos de Común Gavilán, en el sentido de que se había autosecuestrado para no dar la cara por el supuesto temor de que se descubren actos de corrupción atribuidos a su gestión. Pero, según evaluaciones de las fuentes, el alcalde realizaba una gestión transparente, con la aprobación unánime de los vecinos.
Represalia de “José”
Igualmente, quedó desestimada otra versión que señalaba una posible ejecución en represalia narcoterrorista por su supuesta colaboración con el operativo militar realizado el pasado 19 de abril para capturar al cabecilla narcoterrorista “José”, que se hallaba escondido en una vivienda en las alturas de Anco (Churcampa), y que no tuvo éxito debido a que el mal tiempo impidió el descenso oportuno de una patrulla militar para capturarlo.
Quispe Palomino, según las fuentes, escapó alertado por sus seguidores solo minutos antes de la irrupción de la patrulla de comandos procedentes del regimiento militar de Huancayo, y una vez retornado al VRAE dispuso el apresamiento y ejecución de por lo menos seis personas, entre ellos varios de su entorno, acusados de haber delatado su paradero a los militares.
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